El pasado 19 de Octubre de 2013 estuvimos visitando Trabensol, un proyecto de “senior cohousing” o lo que es lo mismo una residencia para mayores autogestionada en régimen de cooperativa. El proyecto está desarrollado en Torremocha del Jarama, un pueblo a 70 Km de Madrid  por un grupo de “senior ecoemprendedores”, es decir por un grupo de personas con mucha visión y decisión que han desarrollado una aventura de vida en un momento en que esta sociedad depredadora e interesada tiende a apartar y menospreciar a los mayores.

Cuando te haces mayor la oferta de posibilidades de futuro es baja, pero si mantienes tu mente fresca, y eres capaz de empoderarte y emprender en vez de capitular puedes afrontar un maravilloso proceso de vida, obviamente no exento de dificultades y barreras (que también son vida).  Así lo explicaron ellos:

“ El proyecto no lo queremos solo para nosotros, sino para crear una alternativa social en la vivienda para mayores. Esto es un proyecto de vida y no un aparcamiento al final de la vida”

Construir un proyecto de esta manera no es fácil, nuestra educación y nuestro contexto cultural nos conduce a lo contrario, a la propiedad privada y a lo individual, poner  lo colectivo por encima de lo individual sin abandonar la parte individual requiere de una visión en el proyecto muy especial.

Suelo nombrar a Guatari por su texto de las tres ecologías, social, medioambiental y subjetiva, y lo voy a rescatar para este proyecto por lo siguiente: este proyecto tiene una gran carga de ecología social (muchas zonas comunes, compartir mucho, procesos de participación, banca ética (Fiare)  etc…), y bastante de ecología medioambiental (reciclaje, huertos, edificio bioclimático, etc..) pero su verdadero valor es como proceso de subjetivación de una sociedad dormida y alimentada de pasividad, es capaz de despertar conciencias, es un catalizador de actitudes pasivas a personas activas, de consumidores de geriátricos a prosumidores de vivienda colectiva autogestionadas.  Si no hubiese una serie de personas con una ecología subjetiva tan madura sería imposible llevar a cabo este proyecto, sería imposible tanto la parte social como la medioambiental.

Es cierto que hacen falta personas activas, o proactivas como se dice hoy en día, personas con las ideas claras, con voluntad de construir lo común, con ganas de soñar, de vivir, de contagiar ilusión, de compartir miedos y no enterrarlos, hacen falta sujetos que sean capaces de tener visión en lo colectivo y que nos dejaron reflexiones como las siguientes:

“Ponemos los miedos en común”

“Construimos lo común a través de las emociones”

La verdad es que es un éxito hasta ahora, un proceso que ha durado unos 10 años desde que tuvieron la idea hasta que lo han construido pero como decía Felisa:

“La cooperativa es el caracol, la concha ahora tenemos que construir lo de dentro, el músculo, y en ese sentido el proyecto está empezando.”

“Lo que verdaderamente sobrecoge es la convivencia, y ahí estan todos los miedos”.

El caracol como decía Felisa, es decir el edificio, es obra de los arquitectos del estudio equipoBLOQUE  que han realizado un excelente trabajo y nos brindaron una visita con todo tipo de explicaciones. Un edificio bioclimático con una cuidada orientación sur y sobretodo con un interesante análisis de los espacios en su relación entre lo privado y lo común, donde la parte privada correspondía aproximadamente al 25% del espacio total, es decir por cada 50 m2 de cada vivienda ponían 150 m2 a la parte común.

Para conseguir llevarlo a cabo además de una gran disciplina, cultura de lo común y organización tenían una máxima:

“Cada persona tiene que hacer lo que pueda hasta el límite de sus posibilidades, luego buscamos el límite del grupo y por último el límite de los técnicos que contratamos.”

Otra de las conclusiones clave que pueden dar muchas pistas para proyectos similares es la máxima de que: “ningún familiar dentro del proyecto”, es decir que siempre han contratado a terceros sin vinculación de sangre con ningún de los implicados en la cooperativa. Sin tener claras estas o cosas ,o habiéndolas aprendido por el camino, no habría sido posible realizar el proyecto y el no tener aprendidas ciertas metodologías esta es la razón por la que se caen el 90% de los procesos de cohousing como dice Diana Leafe Christian en su último libro sobre cohousing.

La tarde se desarrolló con un intercambio de ideas entre las diferentes cohousing que vinieron de diferentes lugares de España donde presentamos la cooperativa de ENTREPATIOS y que describo a continuación:

ENTREPATIOS es un proyecto de vivienda cooperativa en derecho de uso que estamos desarrollando en Madrid en el barrio de Arganzuela. Parte de un grupo promotor que empezó hace ocho años en un debate sobre vivienda reivindicando suelo para vivienda social. Sin dejar de exigir a la administración la necesidad de suelo para vivienda social hemos decidido  emprender un proyecto de 20 viviendas huyendo de la propiedad privada individual, es decir en régimen de derecho, propiedad colectiva. El edificio tendrá una gran carga ecológica, máxima eficiencia energética, mínimo gasto, autoproducción energética, materiales sin tóxicos y de bajo impacto, con el objetivo de minimizar nuestros gastos en energía y reducir la contaminación durante su construcción y, posteriormente, durante su uso. El edificio es una opción para afrontar la vida y el futuro desde lo común sin perder la individualidad de cada uno.

Por último me gustaría cerrar el post agradeciendo a Trabensol y a los arquitectos su apertura y su dedicación a explicar cada detalle del proyecto, un gran esfuerzo por compartir una experiencia enriquecedora para todos, enhorabuena!

“No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su hora”

Víctor Hugo