13 Jul ENTENDIENDO EL PASSIVHAUS
Paloma Suárez
¿Por qué hay todavía pocas construcciones proyectadas bajo el estándar Passivhaus si todos sus aspectos son tan positivos?
Cuando en arquitectura hablamos del término pasivo nos referimos a sistemas que no requieren de energía para su funcionamiento. El aprovechamiento de recursos naturales como la energía del sol para calentar una vivienda constituye una estrategia pasiva. ¿Por qué no aprovechar al máximo los recursos naturales para reducir al mínimo el consumo energético? Los alemanes se hicieron esta pregunta hace ya unos cuantos años y desarrollaron la forma de medir el nivel de funcionamiento pasivo de una vivienda.
El principal objetivo de las casas pasivas es obtener altos niveles de confort interior (confort térmico pero también en cuanto calidad del aire interior y aislamiento acústico) con un consumo energético muy bajo. Esto se consigue a través de criterios de diseño pasivo que aprovechan la energía y la luz natural durante el invierno y la minimización de la incidencia solar durante el verano (en climas fríos). Todo ello unido a los pilares sobre los que se asienta la construcción Passivhaus: un alto grado de aislamiento, una alta hermeticidad al paso de aire, ventanas aislantes y ventilación controlada que recupera hasta el 90% de la energía de la ventilación.
“Además de limitar el consumo de energía durante la vida útil del edificio como establece passivhaus, debemos considerar el impacto de todo el proceso y etapas de la construcción y afrontarlo de forma global”
Gracias a esto se reducen radicalmente las emisiones de CO2 a la atmósfera, contribuyendo a la protección del medioambiente. Para que esto suceda de forma completa, además de limitar el consumo de energía durante la vida útil del edificio como establece passivhaus debemos considerar el impacto de todo el proceso y etapas de la construcción: extracción, fabricación, transporte, puesta en obra, etc, y afrontarlo de forma global. La bioconstrucción juega también un papel importante para conseguir una vivienda sana además de eficiente.
No se trata de futuro, sino de presente. la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (2010/31/UE) señala para la implantación en 2020 los llamados edificios de consumo de energía casi nulo, llamados nZEB. ¿Qué significa esto? Que los procedimientos de diseño, la construcción y gestión de los edificios deberán transformarse hacia una mayor eficiencia energética en los edificios y las ciudades. En este contexto, el estándar passivhaus se presenta como un modelo de edificación respetuoso con el medio ambiente, saludable, confortable y sostenible que cumple de forma holgada con las especificaciones energéticas.
Me gustaría destacar que no es una fórmula cerrada, cada proyecto requiere una estrategia particular adaptada al lugar, a sus condiciones climáticas y a las posibilidades del cliente. Esta adaptabilidad o flexibilidad debemos aprovecharla en beneficio del proyecto. Llegados a este punto retomo de nuevo mi pregunta ¿por qué todavía existe cierta desconfianza a esta forma de proyectar si se ha comprobado que es favorable en todos sus aspectos? ¿por qué no se construye siempre bajo principios de diseño sostenibles?
“Cada proyecto requiere una estrategia particular adaptada al lugar, a sus condiciones climáticas y a las posibilidades del cliente”
Creo que puede haber varias razones. Como clientes, debemos cambiar la visión cortoplacista que tenemos de la economía, algo que creo que responde a un tema cultural. En un primer momento, la inversión en una casa pasiva supone un 5-10% más que una vivienda convencional pero este sobrecoste se recupera en un plazo corto de tiempo, en el que además de amortizarlo a través del ahorro en facturas energéticas y mantenimiento supone un ahorro energético mensual de hasta el 80% con el consiguiente beneficio para el medioambiente. Como técnicos, debemos ser capaces de reconocer que la construcción debe adaptarse al momento que vivimos y debe transformarse gracias a las nuevas tecnologías y al desarrollo de los materiales. Por lo tanto, el primero paso es ser consciente de esta “actualización” que nos va a permitir disfrutar del placer de hacer las cosas bien.
Con todo ello, creo que estamos en el camino de cambiar las cosas y de construir de forma sostenible nuestras ciudades. Es importante compartir conocimientos y experiencias para evolucionar y mejorar. Cada vez somos más en este barco que pretende un entorno más sano para todos.
Los comentarios están cerrados.