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Estudio B612
1995
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Estudio B612

El desnudo como terapia. 2001.

En esta semana cumplimos once años de trayectoria, el 29 de Noviembre es San Saturnino, una excusa para celebrar. Queríamos hacer un homenaje a nuestra primera oficina, B612.

Una antigua imprenta en Lavapiés, Madrid. El local estaba en planta calle y además tenía un sótano. Este pequeño local fué el destino de nuestra primera oficina de arquitectura, montada por Alberto Marcos, Pablo Saiz e Iñaki Alonso en 2001. Un espacio por donde pasaron muchos amigos, clientes, proveedores, y vecinos del barrio, y donde estuvimos cerca de seis años.

El edificio tiene una corrala preciosa y típica de este barrio, construida en entramado de madera maciza y el entrevigado cerámico en los muros de carga.

El espacio había sufrido varias reformas insensatas que habían llenado las paredes de morteros de cementos hidrófugos. Como suele pasar en casi todo el casco histórico de Madrid. El cemento no es un buen compañero de viaje de un edificio de mediados del siglo XVIII que se concibió con morteros de cal. El cemento es bastante más hidrófugo que la cal y en poco tiempo no dejó transpirar las paredes.  El agua que subía del terreno por capilaridad a través  del muro no podía salir, se acumulaba y hacía que la estructura de madera incrementase su grado de humedad. La medera húmeda  se convierte en un plato apetitoso para xilófagos y pudriciones.

La intervención consistió en desnudar y limpiar todo el local de cualquier rastro de cemento.

Dejamos la huella de los instrumentos utilizados en el acto, alcotana y cincel. Colocamos un revestimiento transpirable, en este caso cal, nuestro primer contacto con la cal, con el único fin de que el edificio respirase y la humedad del terreno saliese por las paredes al exterior. Salía tanta humedad que parecía que el terreno no tuviese otra salida de escape del agua subterránea.  Con un pequeño deshumificador en verano sacábamos  varios litros de agua del sótano al día.

Para un edificio acostumbrado a respirar por los muros, el cemento impermeabiliza las paredes,  es como si las personas nos colocamos un  neopreno para  la vida cotidiana, no lo soportaríamos, mejor desnudos. Antes los edificios respiraban ahora funcionan con respiración asistida gracias a nuestro Código Técnico y su “DB HS Salubridad”. Mucho podríamos debatir sobre esto.

Este espacio albergó nuestros primeros años de oficina 2001-2006, que utilizamos como espacio de trabajo y de algunos eventos.  Realizamos varios conciertos de Jazz en la corrala del edificio con autorización, y apoyo de toda la comunidad. La arquitectura popular hizo de escenario y patio de butacas perfecto para grandes músicos. Tengo especial recuerdo del momento de solicitar permiso a la comunidad para realizar un evento, después de reuniones duras de comunidad de vecinos, tensiones y batallas de todo tipo, llegaba el turno de ruegos y preguntas. Entonces proponíamos hacer un concierto o evento en la corrala, todas las rencillas se olvidaban y por unanimidad se aprobaba, el único punto que no había objeciones. La arquitectura histórica hacía de perfecto escenario para un proceso colectivo de fiesta y disfrute. Solo han pasado 12 años.

1 Comentario
  • alvaro
    Posted at 15:03h, 27 noviembre

    Aquellos maravillosos agnos.. Eramos los arquitectos del barrio.. locales, con ideas globales. Guardo muy buenos recuerdos del asteroide B612. Un abrazo a todos!

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