Huella de carbono
A través de la herramienta ECÓMETRO ACV, se desarrolló el Análisis de Ciclo de Vida para calcular el impacto en Huella de carbono de las viviendas. Gracias a la alta eficiencia energética y el uso de energía renovable, el grueso de la Huella de carbono recae en la fabricación de los materiales de obra en lugar de en el uso de las viviendas, cuando en una construcción convencional es a la inversa.
Partiendo de esta estrategia y de la elección de materiales de bajo impacto, el cálculo de Huella de carbono arroja un resultado a la altura de edificaciones más compactas como los edificios de multivivienda realizados en madera CLT.
Materiales
Los materiales elegidos son ecológicos y de bajo impacto -poco transformados, secos y ligeros- como ladrillo cerámico, tierra, termoarcilla, SATE exterior de corcho y revoco de cal o forjados de viguetas de madera de pino. En el revestimiento interior sustituimos el acabado de yeso por un revestimiento de barro y las pinturas interiores son vegetales.
Eficiencia
Mediante un diseño bioclimático, presenta una alta eficiencia energética y confort, maximizando la inercia térmica de las viviendas (aislamiento exterior, rotura de puentes térmicos) y minimizando la inversión en sistemas activos, es decir, calefacción y refrigeración.
Gracias al buen aislamiento, las viviendas se comportan muy bien con respecto a la estabilidad de la temperatura interior -entorno a los 22ºC- y se pudo reducir la calefacción a una chimenea en cada hogar, que arroja un consumo anual en leña de solo 400 euros.
Descarbonización
El edificio no consume energía de origen fósil, usa electricidad de origen 100% renovable a través de una comercializadora verde y está totalmente electrificado, a excepción de la chimenea, que consume leña. Sin embargo, las emisiones de CO2 que produce la leña no alteran el equilibrio de la concentración de carbono en la atmósfera, al proceder de CO2 retirado previamente en su ciclo biológico.
Reciclaje
Los materiales son reciclados, reciclables y renovables: corcho, barro, termoarcilla, madera, pinturas naturales…
Agua
Las dos viviendas están conectadas a un sistema de depuración biológica de aguas residuales con filtro verde a través de lagunas distribuidas por la propia parcela. El sistema depurativo es del tipo “Biológico por Fitosistema combinado” y el resultado supone más de 1.000 litros diarios de agua depurada que son perfectamente utilizables en sistemas de riego subsuperficial, por lo que constituyen un solución ideal.
Además, para aumentar el ahorro, se ha incorporado un wáter seco además de otro baño convencional. El wáter seco está diseñado para tratar las excretas humanas mediante un proceso aeróbico, es decir, con oxígeno. Este tipo de wáter está construido según las condiciones ambientales para evitar el uso de agua potable y producir abono.
100% Renovables
Toda la energía de las viviendas es de origen limpio, sin combustibles fósiles. La leña para la calefacción es un recurso renovable y la electricidad también tiene origen renovable mediante un contrato con una comercializadora de energía verde.
Radón
El Boalo está en una zona granítica de alto riesgo por gas radón tal y como aparece en el mapa público del Consejo de Seguridad Nuclear. Por lo tanto, la vivienda se diseñó para evitar la penetración de gas radón mediante unas chimeneas de extracción conectadas al encachado sobre el que se asientan las viviendas. Las estrategias para evitar el radón son sencillas: facilitar al gas una salida rápida y colocar membranas que evitan su paso al interior de la vivienda.
Se realizaron mediciones de gas radón por parte de la Fundación para la Salud Geoambiental y el resultado fue de 60 Bq/m3 en una vivienda y 121 Bq/m3 en otra, ambas por debajo de los 300 Bq/m3 que exige la normativa en España y una ligeramente por encima de la recomendación más exigente de la OMS (100 Bq/m3).
Comunidad
Pese a tratarse de dos viviendas unifamiliares privadas, el proyecto incluía desde el principio la noción de espacios compartidos, de estancias y exteriores comunes en los que disfrutar de experiencias de vida en comunidad: el juego, la crianza, el cuidado del huerto…
Biofilia
Para depurar sus aguas, cuentan con un sistema de depuración biológica por fitosistema combinado mediante varias lagunas que limpian hasta 1.000 litros al día. En estas lagunas se distinguen tres zonas: una zona aerobia próxima a la superficie, una zona anaerobia en el fondo y una zona intermedia que contiene bacterias facultativas. Su finalidad es la degradación de la materia orgánica para conseguir que el agua siga siendo el principal elemento de transporte de nutrientes al mundo vegetal sin contaminantes.
La correcta gestión de las aguas junto al wáter seco ayudan a regenerar un pequeño ecosistema en un terreno de 2.000 m2, a través del riego del huerto, la aparición de ranas y demás biodiversidad animal y vegetal.
Confort
El diseño bioclimático, así como las medidas pasivas y los sistemas activos asegura el confort térmico, tanto en verano como en invierno de manera eficiente. El proyecto de iluminación es de María Gil de Montes.
Agua
Gracias a un filtro cerámico en la grifería, se obtiene una buena calidad de agua para consumo libre de olores, patógenos y otras sustancias.
Economía circular
Usa materiales ecológicos certificados y de muy bajo impacto en su ciclo de vida. Además, son reciclados, reciclables y renovables.
Economía colaborativa
Además de tratarse de un bi-housing con espacios compartidos, la vocación de construcción colectiva estaba presente desde la fase de diseño. La participación fue intensa gracias a unos clientes entregados y que disfrutaron de la posibilidad de codiseñar sus futuras casas.
Como este proceso se desarrolló muy positivamente, los propios clientes abrieron una ventana de participación también en la obra: los trasteros y espacios compartidos se construyeron en tierra con una serie de talleres. En sAtt, nos apartamos de los ordenadores un día y fuimos a pringarnos de barro y levantar una pequeña parte de los muros de tierra. Una gran experiencia.
Ahorro a largo plazo
En el diseño y construcción del edificio se tomó en cuenta, desde una visión largoplacista, el consumo energético, los gastos de mantenimiento y la vida útil de los materiales para garantizar un ahorro económico en el tiempo.
Economía social
Los proveedores y colaboradores de este proyecto participan de un modelo de economía basada en el consumo de proximidad, la sostenibilidad y la salud.