23 Feb ARQUITECTURA ABIERTA, ARQUITECTURA PARTICIPATIVA PARA UN COHOUSING (1)
Iñaki Alonso y Pascual Pérez
Cómo entendemos la arquitectura hoy en día
La arquitectura debe sufrir una mutación acorde con la que se está produciendo en la sociedad. La crisis sistémica y permanente que nos acompaña los últimos años está empezando a producir grandes transformaciones en diferentes sectores de la sociedad. Estas mutaciones se producen desde diferentes colectivos que se organizan y empiezan a desarrollar conceptos nuevos, absoluta innovación política, si entendemos la política como el proceso de tomar decisiones que se aplican a todos los miembros de un grupo. En el caso de la arquitectura puede ser lo que muchos llaman el cohousing, pero hay muchos otros procesos colectivos que participan de esta mutación de la arquitectura. El siglo XX fue el siglo de los arquitectos, la arquitectura estaba en manos del arquitecto, un arquitecto monopolizador del acto de pensar los espacios de habitar, incluso celoso de que el propio usuario tomara decisiones sobre el edificio donde iba a vivir o trabajar, un arquitecto muy proteccionista de su disciplina.
«Entrepatios, un cohousing en derecho de uso, totalmente transformador de las maneras de pensar y hacer la vivienda»
En estos momentos la arquitectura dentro de algunos sectores emergentes está sufriendo una metamorfosis radical y aparecen nuevas maneras de entenderla. Está siendo interpelada por otras disciplinas y por los usuarios. La sociedad se ha cansado de que el arquitecto monopolice el diseño del hecho de habitar. Los procesos de pensamiento y de diseño, tanto de los servicios que ocurren en el interior como del propio edificio están siendo, a veces compartidos, y otras veces asaltados. Cuando son asaltados la arquitectura suele agonizar o directamente sucumbir en muerte letal pero cuando los procesos son compartidos llegamos a visiones complejas y muchos más ricas donde los edificios empiezan a entenderse desde otros lugares. Entonces aparece la innovación social, el empoderamiento del ciudadano en el proceso de pensamiento de la arquitectura y esta disciplina se transforma emprendiendo un viaje interesante con muchos más pasajeros, un viaje similar al que están haciendo otras disciplinas.
Todavía hay muchos que esperan que la crisis termine. Pero entre una vuelta atrás imposible y y una fuga hacia adelante incierta e igual suicida, hay una tercera vía que es no pensar en salir de la crisis sino abrir en ella una bifurcación, estas ideas las rescatamos de Amador Fernández Savater donde propone convertir la crisis civilizatoria en una mutuación civilizatoria, no aferrarse desesperadamente algo, y en este caso me refiero a las formas convencionales de vivienda sino emprender un viaje por entender otras formas de relacionarse, otros mundos y otras maneras de vivir. Y esto es lo que está pasando con proyectos como Entrepatios, un cohousing en derecho de uso, totalmente transformador de las maneras de pensar y hacer la vivienda.
El diseño colectivo, primero la experiencia de usuario
Al tener el usuario antes que la arquitectura lo que realmente está ocurriendo es que aparece otra disciplina antes de la arquitectura y ésta disciplina es el diseño de servicio (service design) es decir pensar de una forma colectiva e inclusiva (los futuros habitantes) qué es lo que va a pasar en el edificio, cuál va a ser el contenido del edificio, la experiencia de usuario de los futuros habitantes. El diseño de servicio construye el briefing real del proyecto y si es para un proyecto de cohousing, el diseño de servicio es el proceso social de toma de decisiones colectivas sobre cómo se quiere vivir, sobre lo que los usuarios esperan que les pueda ofrecer el edificio.
Empiezan a producirse procesos de definición de la arquitectura a través de nuevas metodologías donde la complejidad y la innovación social van de la mano para desencadenar resultados arquitectónicos diferentes que responden a preguntas diferentes sobre cómo vivir.
El cohousing es un modelo de vivienda dónde se invierte el orden de arquitecto y usuario. Si bien en la arquitectura convencional el arquitecto y el promotor deciden la propia arquitectura y el usuario accede a un volumen construido y estructurado en torno a una experiencia de usuario concreta y limitada. En estos casos las relaciones están estructuradas en torno a una maximización de los espacios privados y la reducción de lo común a una banal piscina y las circulaciones mínimas. Esta arquitectura es propia de la sociedad que ha sido capaz de aniquilar las estructuras sociales existentes y de crear un paradigma donde la reunión de vecinos es algo cercano al infierno. Con este paradigma y una pérdida radical de la cultura de lo común es con lo que nos adentramos en el siglo XXI. Pero frente a esa realidad aplastante, también nos encontramos con una sociedad en profunda transformación y en una necesaria búsqueda de resiliencia. Nos encontramos en un momento de resurgimiento del pensamiento de lo común que está generando oportunidades de desarrollar nuevas formas de vivir.
«La arquitectura tiene la responsabilidad de cuidar las estructuras sociales y para ello se tiene que dotar de los espacios oportunos para posibilitar que puedan ocurrir diferentes acciones sociales»
Al mismo tiempo es el momento del agotamiento del sistema, la agonía del capitalismo, el siglo del peak-oil, del peak-gas, o el peak-uranio, del decrecimiento, de las transition towns, etc…. Por todo ello es un momento en el que se está produciendo un notable empoderamiento ciudadano y eso está provocando la construcción de lo común en los campos donde lo público agotado y casi sin recursos no es capaz de llegar. Esto está provocando la consecuente y necesaria apropiación de las ciudades, de las plazas, de los edificios incluso de las instituciones. En este contexto la arquitectura debe estar abierta a entender esta nueva sociedad empoderada que invierte los órdenes y primero construye comunidades, que proactivas y empoderadas deciden con quién quieren vivir, dónde quieren vivir y cómo quieren vivir. En el cómo es donde realmente cambia la arquitectura, ya que la arquitectura tiene una nueva y muy importante función ayudar a consolidar, cuidar, y proteger las estructuras sociales, es decir la comunidad de vecinos. La arquitectura tiene la responsabilidad de cuidar las estructuras sociales y para ello se tiene que dotar de los espacios oportunos para posibilitar que puedan ocurrir diferentes acciones sociales. Antes los arquitectos construíamos casas donde las personas se metían a vivir ahora acompañamos a comunidades que deciden cómo quieren vivir. Les acompañamos en la fase de diseño, donde estructuramos el edificio en función de la relación entre lo privado lo común y lo público. La comunidad de vecinos decide esta relación y los usos concretos de cada espacio común o de cada espacio público. Y por supuesto cómo van a ser los espacios privados.
monica serrate
Posted at 07:30h, 28 febreromuy bueno el punto de vista
monica serrate
Posted at 07:31h, 28 febrerome parece muy interesante esta pagina es por eso que me suscribo hoy
Inaki Alonso
Posted at 11:25h, 28 febreroGracias Mónica, iremos contando la experiencia del diseño del cohousing de ENTREPATIOS-LAS CAROLINAS poco a poco en sucesivos post.
Enrique Tallés Cristóbal
Posted at 17:11h, 17 marzoExcelente Modelo