04 Ago Sostenibilidad y salud en la oficina, del ‘dicho’ al ‘hecho’
En el último artículo hablamos sobre la coherencia entre el discurso de las organizaciones y su plasmación en oficinas y espacios de trabajo. En una sociedad cada vez mejor informada y con mayores demandas de justicia social y ambiental, las empresas, instituciones y ONG son cada vez más conscientes de la necesidad de respaldar su discurso con hechos. ¡Es hora de pasar a la acción!
En este mundo hipercomunicado, empresas y otras organizaciones pugnan cada día por atraer la atención de los ciudadanos y ganarse su favor, en ocasiones con enormes presupuestos y no menos impresionantes piruetas.
¿Recordáis cuando en 2019 Endesa compró la portada de los periódicos más importantes el día que arrancó la COP25 en Madrid? Endesa aseguraba “liderar el cambio hacia una sociedad libre de emisiones” en esta publicidad. Sin embargo, Endesa cerró 2019 siendo líder indiscutible de lo contrario: la empresa nº1 en el ranking de emisión de gases de efecto invernadero en España.
Cambio de paradigma: del ‘hecho’ al ‘dicho’
Muchas organizaciones, como en este ejemplo, dilapidan grandes inversiones en tratar de modificar su reputación sin llevar a cabo ningún tipo de cambio profundo en su modelo. Pero la mayoría de organizaciones (empresas o no) no disponen de músculo ni de la posición privilegiada en su sector para permitirse esta disonancia.
En un punto diametralmente opuesto están quienes anteponen las acciones a las palabras. Así ocurre en nuestro proyecto de oficina para Greenpeace, cuya sede principal en España es un espacio de trabajo C02nulo y diseñado para garantizar la salud de quienes lo habitan.
Ya no estamos hablando de pasar del dicho al hecho, sino de anteponer los hechos al discurso… En definitiva, de ganarse la credibilidad, haciendo primero y contando después. ¿Qué os parece? ¿Pasamos a la acción?
Hablamos con Julián Carranza, Director de organización de Greenpeace, que defiende que para tener credibilidad y poder exigir a los demás, debemos ser ejemplares en nuestra casa. Y la de Greenpeace lo es.
Los comentarios están cerrados.